“[…] así como la muerte definitiva es el fruto ultimo de la voluntad de
olvido, así la voluntad de recuerdo podra perpetuarnos la vida.”
José Saramago
Los talleres comunitarios o sesiones grupales realizados tanto en el casco urbano y en las diferentes vereda han sido la estrategia del Grupo de Investigación Filosofía y Memoria para construir junto a la comunidad procesos formativos desde una ética de la memoria, o ética anamnética que tengan como fin el empoderamiento, la visibilización y reparación del daño colectivo causado, en tanto las víctimas se conciban como sujetos de derechos.
Estos talleres han permitido la construcción de un nuevo conocimiento y reconocimiento de lo acontecido en el municipio desde los años 2001, 2002, 2003 y 2004. Este proceso investigativo ha retomado las voces de los históricamente silenciados y marginados, las víctimas que aquí se muestran suelen ser los sacrificios que el progreso reclama, un progreso que se alza en contra de sus vidas, de su territorio y de su vocación histórica: labradores de tierra.
Frase que emerge en uno de los talleres de memoria |
La tierra ha sido el factor que ha activado la violencia desde tiempos memoriosos. El suelo y el subsuelo al ser las mayores fuentes de riqueza de este municipio carga con ello un sino en el que los pobladores intuyen que las minas de oro y carbón son los causantes del derramamiento de sangre mezclada ya entre montañas, trochas y veredas. Los talleres de Ética Anamnética y Derechos Humanos han permitido la apertura a una memoria colectiva liada por sus estrechos lazos familiares y
comunitarios en el que han explorado su historia de una manera diferente, guiada por sus experiencias dolorosas no dejando de lado sus intuiciones, visiones, sensaciones que se activan al rememorar los hechos violentos.
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